Las tradiciones navideñas más curiosas del mundo

La Navidad está a la vuelta de la esquina y, aunque no todo el mundo la celebra, lo cierto es que la mayoría de las culturas del planeta disfruta de sus tradiciones en esta época, sean o no navideñas. El final del año, el cambio de estación, o el afán de una multinacional de «productos aviares» por abrir mercado, o una carpa en una bañera, han dado pie a costumbres de lo más peculiares para conmemorar una época mágica e hipnótica.

¿Quieres conocer algunas de ellas? ¡Empezamos!

Japón y el KFC

¿Comer pollo frito en Navidad? A priori podría parecer que hay tradiciones navideñas menos cutres. Sin embargo, en Japón es todo un fenómeno.

Hace poco me sorprendía una campaña publicitaria que se había hecho viral en internet. En ella, una sonriente familia japonesa anunciaba el nuevo menú especial de Navidad. Lo peculiar del asunto es la compañía que había detrás: ni más ni menos que la archiconocida cadena de comida rápida Kentucky Fried Chicken.

Todo comienza en 1974, cuando a Takeshi Okawara, dueño del primer KFC de Japón, se le ocurre que puede ser una buena idea decorar los cubos de pollo frito con motivos navideños y elaborar un menú un poco diferente, acompañado del lema «Kurisumasu ni wa Kentakkii!», que vendría a traducirse como ¡Kentucky para Navidad! Bueno, tampoco es que se comiese mucho la cabeza, el muchacho.

Ya sea porque apenas había tradiciones navideñas en Japón —no olvidemos que la población cristiana no llega al 1%—, o porque accedió a entregar un gran pedido a una colegio disfrazado de Papá Noel, lo cierto es que la campaña fue un rotundo éxito y pronto se convirtió en una tradición nacional que cada año cobra más y más fuerza. Tanto es así que la facturación navideña de KFC en Japón supone el 10% del total anual, en un mercado que se ha convertido en el tercero por volumen de facturación a nivel mundial. Una auténtica locura.

Letonia y sus poesías navideñas

En este pequeño país, situado entre Lituania y Estonia, tiene una de las tradiciones más bonitas que conozco, y que se aleja del espíritu corporativo anterior.

Evidentemente, en estas fechas también se reparten presentes —¿a quién no le gusta un buen regalo?—, bien tras la cena de Nochebuena, o de la mano de Ded Moroz, una suerte de Papá Noel vestido de azul que los entrega la noche del 31 de diciembre.

Ded Moroz

En cualquiera de los casos, para poder recibir tu regalo, estás obligado a recitar un poema o cantar una canción. Así, la noche se convierte en un acto creativo y social precioso, una suerte de recital para toda la familia.

Por otro lado, los letones también tienen otra tradición, quizás menos poética, que consiste en hacer rodar un leño alrededor de la casa o quemarlo en el exterior para alejar los malos espíritus a final de año.

Como dicen en Letonia, «Priecīgus Ziemassvētkus!». (Feliz Navidad, en letón)

Polonia, como pez en el agua

No nos marchamos muy lejos para hablar de otra de las tradiciones navideñas más curiosas: las carpas navideñas polacas.

La prohibición cristiana de no consumir carne la víspera de Navidad ha terminado enraizando en el pueblo polaco. Pero, como de marisco y de pescado no dice nada, pues se ha convertido en tradición que el plato principal de la cena de Nochebuena sea la carpa. Sin embargo, lo raro aquí no es el ingrediente, ya que es un plato de pescado muy popular en la región, sino su conservación. Resulta que la costumbre es acudir al mercado unos días antes de la cena y comprar los peces vivos, para luego mantenerlos en la bañera del hogar hasta el día señalado.

Carpas en una bañera

Seguramente, todo esto venga de la dificultad de conservar algo tan delicado como el pescado en la época previa a la invención de la nevera, pero la verdad es que montarte un estanque de carpas en el baño no deja de resultar una experiencia navideña cuanto menos peculiar.

Y otra pregunta que nos surge es: ¿cómo se duchan durante esos días prenavideños? En cualquier caso, lo cierto es que esta costumbre ha ido perdiendo popularidad en los últimos años por razones obvias, tanto sanitarias, como logísticas.

Con o sin carpas vivas en la bañera, os deseamos «Wesołych Świąt» a todos.

Perú y su «Club de la Lucha» navideño

En Perú existe una curiosa y, por qué no decirlo, un tanto violenta tradición navideña, que consiste en pelearse a puñetazo limpio con quien tuvieses una rencilla personal.

Paradójicamente, la ceremonia del Takanakuy, que en quechua significa «golpearse entre sí», representa una manera de celebrar la paz y empezar el nuevo año haciendo borrón y cuenta nueva, y poniendo fin a los conflictos que pudiesen haber surgido durante el año.

Aunque parezca una costumbre violenta, lo cierto es que toda la ceremonia es muy respetuosa y se lleva a cabo en un ambiente festivo y controlado, que incluye música y bailes.

Durante la ceremonia propia de la región de Chumbivilcas, cerca de Cuzco, se retratan cinco arquetipos tradicionales de la cultura peruana, que son el Majeño, el Q’arawatana, el Negro, el Langos y el Q’ara Gallo, cada uno caracterizado con diferentes tocados de animales, trajes tradicionales y motivos de equitación.

Los trolls islandeses y sus travesuras

Podría parecer que en Islandia, las tradiciones navideñas son menos violentas. Y es así, hasta que entran en la ecuación Gryla y Leppaludi, una pareja de gigantes conocidos por comerse a los niños que se portan mal, ayudados por su gato, que hace las veces de Azrael.

Por suerte, si te has portado bien, solo tendrás que lidiar con sus trece hijos, conocidos como los Jólasveinar o Yuletide lads, que podría traducirse como los muchachos de las fiestas de Yule. Ellos son los encargados de dejar presentes a cambio de sus travesuras. Durante las trece noches antes de Navidad, cada uno de estos trolls desciende de las montañas para dejarle a cada niño un pequeño regalo, no sin antes sembrar un divertido caos, según cuenta la leyenda.

Los trece trolls islandeses y sus fechorías.
Fuente: www.iceland.is

Cada uno de estos no-tan-muchachos de la Navidad tiene una idiosincrasia particular y cada uno está especializado en un tipo de travesura, que van desde el que acosa a las ovejas, hasta el que roba sartenes, pasando por el que disfruta dando portazos o el que se come las sobras de las ollas de la cocina. En definitiva, todos unos pillos y landronzuelos.

Gleðileg jól!

Como ves, por el mundo hay tradiciones navideñas mucho más locas que las de ponerle bolas a un árbol o dejarle leche y galletas a tres magos de oriente. Si te has quedado con ganas de conocer más curiosidades, aquí tienes un vídeo donde unos niños muy majos te cuentan otro puñado.

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