El desafío de traducir a Yoda (y otros personajes que hablan raro)

El calor aprieta y no apetece nada más que tirarse en el sofá a ver una peli y helado. Pero la mente de los traductores no se apaga con facilidad y nos ha dado por pensar en algo muy de frikis: ¿cómo se traduce a personajes que hablan «raro» sin perder su esencia? Sí, nos referimos a Yoda, a Hodor, a Gollum, a Jar Jar… esas criaturas que, si las pasas por un traductor automático, «un Cristo te harían».

¿Empezamos?

Yoda: el Jedi que habla al revés

Yoda no solo da lecciones de vida, también da dolores de cabeza al traductor. En inglés coloca las palabras patas arriba utilizando un orden invertido (Objeto-Sujeto-Verbo en lugar del típico Sujeto-Verbo-Objeto): «Much to learn you still have». En español se mantuvo esa sintaxis tan peculiar: «Mucho que aprender todavía tienes». Parece fácil, pero hay que cuidar que la frase siga sonando sabia y no como un error gramatical.

En doblaje y subtítulos, esa inversión se ha conservado para que siga teniendo esa voz inconfundible. Al ser texto escrito, existe el riesgo de que una sintaxis demasiado retorcida dificulte la lectura rápida. Sin embargo, los subtituladores suelen mantener al menos parcialmente el estilo: por ejemplo, pueden omitir algunas palabras para ajustar la longitud, pero respetando el orden inusual. De este modo, tanto el espectador que ve la versión doblada como el que lee subtítulos perciben esa voz distinta de Yoda. Esto demuestra cómo el traductor se convierte en creador de estilo, adaptando hasta la gramática para darle al personaje una voz propia en castellano.

Hodor: cuando un nombre esconde un drama

En Juego de Tronos, descubrimos que Hodor viene de «Hold the door». ¿Problema? En español llevaba años siendo Hodor, sin pista alguna. Este juego de palabras intraducible supuso «un marrón» para los traductores de todo el mundo. Jesús Alcoceba, responsable del doblaje en España, explicó que al recibir el guion se dieron cuenta de que era un dilema «imposible de resolver» totalmente.

Los traductores de doblaje buscaron una frase que, al deformarse, sonara parecida. El resultado: «¡Aguanta el portón!», que se va desfigurando hasta «Hodor». No es la traducción literal, pero mantiene el golpe emocional y encaja en boca del actor. Es el típico caso en que el traductor tiene que inventar para salvar el momento. Es interesante que el título del episodio ya dio una pista de esta solución: «The Door» se tradujo en España como «El portón», anticipando la palabra elegida.

Alcoceba añade una reflexión importante: «en el fondo, un doblaje es una traducción dramatizada y creativa en muchos aspectos». Es decir, aunque no se pudo calcar el juego de palabras, el equipo de traducción creó una solución nueva para el público español, usando ingenio lingüístico y recursos actorales (la entonación desgarrada de Hodor al decir «ho-dor»).

Gollum: mi tesoro eterno

El idiolecto de Gollum es una joya (y una pesadilla). Alterna entre «Sméagol» y «Gollum», habla consigo mismo y repite my precious. En España, se optó por «mi tesoro» en vez de «mi precioso». Suena natural, encierra avaricia y obsesión, y ya se nos ha quedado para siempre. En doblaje, además, se cuidaron las pausas, siseos y frases fragmentadas para que siguiera sonando tan perturbador como en versión original.

Más allá de palabras concretas, la forma de hablar de Gollum fue cuidadosamente adaptada. Un estudio académico sobre su idiolecto concluye que la manera de expresarse de Gollum «constituye un medio importante de caracterización» y, por tanto, «debe tenerse en cuenta [en] el idiolecto del personaje» en la traducción. Es decir, neutralizar su forma peculiar de hablar habría sido despojar al personaje de su voz propia.

Jar Jar Binks: del acento caribeño al habla infantil

En la versión original, Jar Jar habla el «Basic» (inglés galáctico) con un acento extraterrestre muy marcado, inspirado en dialectos del Caribe inglés, y emplea construcciones gramaticales incorrectas (frases como «Mesa your humble servant», «Yousa people gonna die?»)

En la versión doblada en España, los adaptadores decidieron no darle a Jar Jar un acento regional identificable (por ejemplo, no suena andaluz ni canario, algo que podría haber resultado paródico o fuera de lugar). En lugar de eso, recrearon su rareza lingüística con trazos de habla infantil. Prácticamente, Jar Jar en español habla como un niño que articula mal y hace errores gramaticales: por ejemplo, se refiere a sí mismo como «misa» en vez de «yo» (calco de su «mesa» en inglés), dice «tusa» por «tu», conjuga mal algunos verbos («hablio» en vez de «hablo», imitando su «I spake»). El resultado, aunque contribuyó a que el personaje se ganase el odio de gran parte de los fans, es igual de gracioso y caótico, pero sin asociarlo a una región concreta.

En subtítulos, recrear este tipo de habla es más complicado. Demasiadas faltas ortográficas adrede o deformaciones podrían dificultar la lectura. Probablemente en los subtítulos en español de Star Wars I, Jar Jar aparece con un español más estándar, quizás con alguna estructura rara, pero sin la exageración fonética del doblaje.

Doblaje, subtítulos y libros: tres campos de batalla

Como se ha visto en estos ejemplos, la adaptación de un personaje con habla peculiar puede variar según el medio:

  • Doblaje: exige encajar en los labios del actor, lo que a veces obliga a cambiar palabras (como «puerta» por «portón» en Hodor). Es traducción… pero también interpretación y dramatización.
  • Subtítulos: el reto es mantener el estilo sin que el lector se pierda. Normalmente se suavizan acentos o rarezas para que sea legible.
  • Literatura: hay más libertad para inventar un dialecto escrito. El traductor se convierte en «autor fantasma» del estilo del personaje.

Traducir a personajes con hablas únicas no es un trabajo mecánico: es un ejercicio de creatividad. El traductor tiene que ser un poco guionista, un poco actor y mucho equilibrista para que esos personajes suenen igual de vivos en nuestra lengua. Así que, la próxima vez que Yoda te diga «Mucho por aprender tienes», acuérdate de que detrás hay alguien que se ha roto la cabeza para que siga hablando como Yoda… y no como Google Translate.

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