En este nuevo post, quería transmitiros nuestras impresiones y sensaciones cuando contactamos con un nuevo traductor o, como se denomina ahora de una forma inquietantemente impersonal, “recurso externo”.
En primer lugar, en Zesauro solo homologamos a colaboradores que cumplan los requisitos que establece la norma de calidad UNE 15038 para servicios de traducción, y estos son: cualificación en lenguas (título universitario en Traducción e Interpretación, Filologías, Lenguas Modernas…), bien otra titulación universitaria acompañada de dos años de experiencia contrastada en el sector de la traducción, o simplemente una experiencia demostrada en traducción de al menos cinco años.
Además, damos mucha importancia a la disponibilidad y a la disposición a la hora de afrontar un proyecto. No queremos “traductores intermitentes” o a tiempo parcial, porque la inmediatez en la respuesta nos beneficia en cuanto al cumplimiento de los plazos y eso es algo vital para nuestra imagen frente al cliente final.
Agradecemos la sinceridad en cuanto a la capacidad para afrontar un proyecto. Mejor un traductor realista que un “traductor milagro” y, sobre todo, apreciamos que si veis que no podéis cumplir el plazo de entrega pactado, lo comuniquéis cuanto antes para así darnos el mayor margen de maniobra y estudiar las posibles soluciones alternativas sin tener que afectar al cliente final. Aquí todos somos profesionales de la traducción y entendemos que, ante todo, es un trabajo intelectual, complejo muchas veces. Lo que no comprendemos es que ante cualquier problema se dé el silencio por respuesta o se nos comunique cuando ya no hay tiempo para buscar soluciones.
Claro que tenemos que hablar de precios. Os mentiría si no dijera que es el segundo o tercer criterio de búsqueda de recursos. Todos queremos el “bueno, bonito y barato”.
Para aquellos que empezáis os recomiendo una tarifa modesta, y no es por egoísmo empresarial, sino porque esa es la mejor manera de abriros camino y compensar la falta de experiencia y renombre dentro del mercado de la traducción. ¿Que cómo sabéis si sois caros o baratos? Muy sencillo, negociándolo directamente y con franqueza con vuestro cliente. Por cierto, el criterio generalmente aceptado en España para establecer los precios, es en céntimos de euro por palabra en lengua origen. Es interesante que establezcáis un mínimo de facturación para textos muy pequeños y un porcentaje de incremento para trabajos urgentes.
Aconsejamos siempre utilizar Excel para elaborar las facturas, porque facilita los cálculos y evita errores, al poder guardar una plantilla con las fórmulas necesarias.
Seguro que me he dejado muchos aspectos en el tintero, pero espero haber aclarado algunas de las muchas dudas que os puedan surgir.
Por último, no quisiera olvidarme de todos aquellos colaboradores que actualmente trabajan con nosotros en este mercado cada vez más exigente. Tenemos la convicción de que eligieron una profesión de valientes, porque se lanzaron a la aventura solitos, y nos demuestran día a día su destreza en los más variados campos: marketing y ventas, administración y finanzas, compras… y por supuesto, por su fervorosa dedicación a su tarea más importante, y no siempre agradecida, como es la traducción.
A todos ellos, GRACIAS por su esfuerzo y trabajo.
Y gracias también a vosotros, nuestros futuros colaboradores, por vuestro interés y vuestras ganas. ¡Esperamos conoceros pronto!