Origen de los idiomas

¿Cómo surgieron los idiomas y por qué tanta diversidad?

Hace algunas publicaciones nos preguntábamos si sería posible que una inteligencia artificial se llegasen a inventar sus propios idiomas e incluso traducir mejor que los humanos. Pensando en ello, hemos echado la vista atrás y nos hemos preguntado dónde y cuando empezamos a comunicarnos entre nosotros.

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El origen de los idiomas

Aunque las cifras varían en función de las diferentes clasificaciones, si tomamos como referencia «The Ethnologue: Languages of the World» se considera que existen —o han existido— unos 7139 idiomas agrupados en 13 familias lingüísticas diferentes. Con estas cifras cabría preguntarse cómo somos capaces de entendernos —si es que eso es posible—. En lugar de meternos es un charco de tales magnitudes, preferimos meditar sobre cómo empezó el ser humano a comunicarse y hasta dónde hemos llegado desde entonces.

A priori podría ponerse en tela de juicio si el Homo sapiens era el espécimen más capacitado para sobrevivir hace entre 200.000 y 180.000 años, máxime, teniendo en cuenta el escenario al que nos enfrentábamos. Más allá de las condiciones extremas, la abundancia de depredadores y la escasez de alimentos, otros competidores como el Homo neanderthalensis parecían mucho más preparados físicamente para dominar el territorio. ¿Cómo es posible que no solo sobreviviésemos, sino que llegásemos a expandirnos y dominar nuestro entorno? Pues, precisamente, gracias a nuestra capacidad de comunicación.

Si bien se ha demostrado que los neanderthales contaban con una organización relativamente compleja, rituales mortuorios y ciertas nociones artísticas, lo cierto es que el H. sapiens contaba con una capacidad de comunicación mucho más compleja, tanto verbal, como no verbal, que comenzó cuando comenzó a caminar erguido, dejando libres las manos.

Lo que al principio se limitaba a mímica y gruñidos, poco a poco fue dando lugar a una especie de protolengua que se fue propagando por imitación. Esto implicó una enorme ventaja adaptativa, ya que permitía una comunicación mucho más elaborada a la hora de establecer y ejecutar estrategias de caza y defensa contra depredadores y grupos rivales.

Según un artículo de Science publicado en 2011, el psicólogo Quentin Atkinson establecía un origen común para todos los idiomas actuales en el Sudoeste de África. Tal afirmación era producto del estudio comparativo de la diversidad fonética de diferentes idiomas del planeta, partiendo de la base de que cuanto más moderno es un idioma, la tendencia es a simplificar la variedad de los fonemas que utiliza.

Atkinson afirma que los genes y el lenguaje evolucionan de manera similar: cuando una pequeña población se escindía de una más grande para colonizar nuevas tierras, se llevaba consigo una menos diversidad, tanto lingüística, como genética. Así pues, este fenómeno, conocido como efecto fundador, unido a la incorporación de nuevos hablantes a medida que las poblaciones conquistaban otros territorios, llevó, no solo a la simplificación fonética, sino también a la aparición de diferentes idiomas. 

Una teoría no exenta de controversia

Los trabajos de Atkinson abrieron un complejo debate entre investigadores y lingüistas, ya que le daba alas a la teoría de la monogénesis —desarrollada a partir del relato bíblico de la Torre de Babel— frente a la de la poligenesis. Es decir, la existencia de un idioma ancestral común a partir del cual evolucionaron todos los demás.

Sin embargo, algunos expertos aseguran que es imposible reconstruir un idioma más allá de los 5000 años de antigüedad, por lo que confirmar las teorías de Atkinson sería imposible, ya que, de existir este idioma común, implicaría una antigüedad de unos 100.000 años, teniendo en cuenta la dispersión del H. sapiens moderno por nuestro planeta.

Árbol genealógico de los idiomas
Árbol genealógico de los idiomas elaborado por la ilustradora sueca Minna Sundberg.

Sea como fuere, tiene sentido pensar que la aparición del lenguaje tuvo un papel fundamental en nuestra supervivencia como especie, y que la brutal expansión poblacional que implicó, tuvo como consecuencia la evolución de dicho lenguaje y la aparición de los diferentes idiomas que conocemos en la actualidad.

La preciosa imagen anterior fue elaborada por Minna Sundberg a partir de los datos de The Ethnologue. En ella podemos observar que, en lo que respecta a los idiomas de la familia indoeuropea —a la que pertenece el español—, todo parece indicar que su origen se sitúa hace entre 5500 y 6500 años en una región localizada entre Moldavia, Rusia, Ucrania y Kazajistán. Resulta paradójico que el principal y más devastador conflicto europeo de los últimos cien años esté ubicado en el mismo lugar en el que nació nuestra manera actual de comunicarnos, ¿verdad? 

Dándole vueltas a esto último, la frase acuñada por el propio Atkinson, «somos familia en un sentido cultural, además de genético» adquiere una relevancia muy significativa.

¿Volveremos a tener un idioma común?

A pesar de estas controversias, resulta romántico pensar en que una vez hablamos todos el mismo idioma y nos hace cuestionarnos si algún día volveremos a nuestras raíces. A lo largo de la historia, algunos han intentado imponer dicha homogeneización lingüística, generalmente a la par que ciertos imperios se extendían por el globo.

Claro parece ser el caso del latín durante la expansión del Imperio Romano, o del inglés en épocas más modernas, aunque cabría mencionar aquel peculiar caso del esperanto, un idioma creado por el oftalmólogo polaco L. L. Zamenhof en 1887 con la vocación de convertirse en un idioma universal. Por suerte o por desgracia, fue recibido con cajas destempladas por occidente y terminó quedando relegado a una curiosa anécdota.

Por otro lado, la normalización de los memes como forma de comunicación da para una pequeña reflexión. No resulta sencillo lograr contar tanto con tan poco —imágenes sencillas que engloban conceptos culturales bastante complejos— y que, además, se entienda en todo el planeta al no estar ligado a un idioma concreto. ¿Te imaginas que un día la humanidad se comunicase solo con memes?

Bromas aparte, lo cierto es que, en una época en la que hasta las inteligencias artificiales se inventan sus propios idiomas, parece complicado imaginar un futuro en el que una sola lengua ejerza de paraguas de comunicación para toda la humanidad. Los idiomas y sus dialectos están profundamente enraizados con la cultura de los países y comunidades. Perder tu idioma completamente en favor de otra lengua impuesta implica ir en contra de la diversidad cultural y la identidad de los pueblos. La resistencia a que esto se produzca parece bastante fundamentada.

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