Transcreación: El mensaje más allá de las palabras

La transcreación o traducción creativa es un concepto que en los últimos tiempos se ha colado en los hogares y oficinas de los traductores más avezados. Muchos lo consideran un neologismo para vender, con un lazo y un bonito envoltorio, lo que es una traducción profesional de toda la vida. Otros lo ven como un proceso que va mucho más allá de trasladar un mensaje a otro idioma. Pero antes de nada aclaremos de qué hablamos cuando hablamos de transcreación.

 

¿QUÉ ES LA TRANSCREACIÓN?

La palabra transcreación está formada por la unión de Translation (traducción) + Creation (creación), lo que ya nos empieza a dar pistas sobre su significado.

Transcrear implica analizar el mensaje original y realizar una extrapolación creativa a la lengua meta, considerando no solo el contexto cultural del posible receptor, sino el propio diseño visual del mensaje que se pretende transmitir.

En un mundo tan conectado como el actual, es preciso mantener la raíz misma de lo que queremos contar aunque para ello debamos modificar el propio texto. Es decir, hacer comprensible el mensaje, más allá de las palabras.

 

UN VIAJE DE LO UNIVERSAL A LO PARTICULAR

Una vez sentadas las bases del concepto parece más sencillo intuir por qué transcreación y traducción pueden parecerse, pero nunca ser sinónimos.

Cuando nos enfrentamos a la tesitura de trasladar a otro idioma lo que un cliente pretende transmitir, debemos no solo entender el mensaje global, sino extrapolarlo a un público objetivo normalmente localizado. Para ello es fundamental tener en cuenta el contexto cultural, el trasfondo histórico y la idiosincrasia del lugar con el fin de utilizar todas las herramientas disponibles para llamar la atención de nuestra audiencia (juegos de palabras, dobles sentidos, humor, ironía…).

Pero esto no solo se limita al texto, sino también a las imágenes y al diseño visual que acompañan al mensaje. A veces, utilizar un modelo, una imagen o una gama cromática específicos y adaptados al público objetivo pueden marcar la diferencia.

 

EL ELEMENTO ESENCIAL DE LA TRANSCREACIÓN ES LA EMOCIÓN

Realizar una traducción profesional implica una precisión casi quirúrgica para trasladar el texto original de manera exacta al lenguaje meta. Sin embargo, la transcreación es un proceso más artesanal y laxo, en el que importan menos las palabras que las emociones que despierta el mensaje.

Por eso la transcreación es una labor a menudo relacionada con la publicidad, el marketing, la traducción literaria, el doblaje de cine y, en general, con cualquier campo en el que intervengan las emociones.

 

Las ideas, como las pulgas, saltan de persona en persona pero no pican a todo el mundo.

 

Un buen transcreador no debe ser solo un buen traductor, sino además ser un excelente escritor, creativo y publicista. Si el traductor creativo no comprende la esencia del mensaje que quiere transmitir o no tiene en cuenta al público al que va dirigido, el resultado puede ser desastroso, llegando a perder por completo el sentido de lo que quería transmitirse, como atestiguan innumerables ejemplos en el ámbito de la publicidad o el cine.

En definitiva, la transcreación es como un antibiótico específico que se esfuerza por actuar exactamente donde hace falta, minimizando los efectos secundarios inesperados. Por eso es fundamental contar con verdaderos profesionales que se preocupen por lograr que lo que se quiere transmitir llegue de manera eficaz al público adecuado.

 

Si os habéis quedado con ganas de saber más sobre traducción y transcreación, no dudéis en poneos en contacto con nosotras a través de nuestro formulario. Estaremos encantadas de ayudaros en todo lo que esté en nuestra mano.

¡Saludos!

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